Corea del Norte retó de nuevo a la comunidad internacional ayer al disparar un misil intercontinental, a lo que el presidente estadounidense Donald Trump respondió: “Nos ocuparemos de eso”.

Este nuevo lanzamiento de un misil balístico por parte de Pyongyang, después de dos meses sin disparos, ningunea los esfuerzos diplomáticos del mandatario republicano en su reciente gira por Asia que, según él, tenía como objetivo “unir al mundo contra la amenaza del régimen norcoreano”.

El misil fue disparado a desde Sain-ni, cerca de Pyongyang, y cayó frente a Japón. El Pentágono precisó que el misil no supuso un peligro ni para Estados Unidos ni para sus aliados.

Las respuestas tanto de los vecinos de Corea del Norte como de Estados Unidos no se hicieron esperar.

Además de la advertencia de Trump desde la Casa Blanca, el secretario estadounidense de Defensa y jefe del Pentágono, el general James Mattis, afirmó que los militares surcoreanos habían disparado misiles de precisión “para estar seguros que Corea del Norte entienda” que sus misiles pueden ser derribados.

Según él, el proyectil, que cayó en el mar de Japón después de volar unos 1.000 kilómetros, alcanzó la mayor altura registrada en los ensayos norcoreanos y representa “una amenaza para todo el mundo”, declaró Mattis, junto a Donald Trump.

Se trata de un “acto violento” que “no puede ser tolerado”, denunció por su parte el primer ministro japonés, Shinzo Abe.

Trump y Abe mantuvieron una conversación de emergencia para evaluar su respuesta, indicó el asesor del presidente estadounidense Dan Scavino.

En el plano diplomático, Japón, Estados Unidos y Corea del Sur pidieron una reunión de urgencia pautada para hoy con el Consejo de Seguridad de la ONU, que ya ha adoptado varias series de sanciones contra el régimen de Kim Jong-un, sin conseguir que se incorpore a la mesa de negociaciones.

 

Respuesta del Pentágono

El secretario estadounidense de Defensa y jefe del Pentágono, el general James Mattis, dijo que el ensayo realizado por Corea del Norte representa una amenaza a todo el mundo.

De acuerdo con Mattis, el misil norcoreano “llegó más alto que cualquier otro lanzamiento que hayan realizado antes” y añadió que puede “amenazar cualquier lugar del mundo, francamente”.

En respuesta al ensayo balístico, Japón lanzó misiles “para estar seguros que Corea del Norte entienda” que sus misiles pueden ser derribados por el gobierno de Tokio, explicó Mattis, añandiendo que: “Hay un esfuerzo de construir una amenaza con un misil balístico que pone el peligro la paz mundial”.